Como cada semana, Francisco ofrece una pequeña catequesis a los peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro.
A esto le sigue la oración del Ángelus.
Pidió a cada uno que averigüe cuál es la fecha de su propio bautismo.
Cada 1 de enero se celebra la Jornada Mundial de la Paz. Este año bajo el lema: “La buena política al servicio de la paz”.
Invitó a dejarse alcanzar por la luz que proviene de Belén.
Dijo que apreciaba la aprobación en Marruecos del Pacto Global sobre migraciones.
Durante el Ángelus pidió a los cristianos vivir una Navidad “extrovertida”, volcada en servir a los demás.
Reflexionó sobre cómo preparar la Navidad, aprovechando el tiempo de Adviento.
En los últimos dos meses las luchas entre policía y manifestantes han dejado más de 300 muertos y miles de heridos.
También pidió oraciones por la grave situación política y social de Bolivia.
Recordó al recién beatificado padre Emilio Moscoso, jesuita asesinado durante la época de persecución a la Iglesia católica en Ecuador.
Recordó la eficacia de decir "sí" a Dios de manera cotidiana.
Como es tradicional, los niños de Roma trajeron las figuras del Niño Jesús que pondrán en su pesebre, para que los bendijera.
Dijo que “el ejemplo de este hombre justo y sabio nos impulsa a mirar hacia arriba e incluso más allá”.
Rezó por las víctimas del terrible atentado en Somalia que dejó más de 70 muertos.
También pidió a los cristianos que celebren cada año el aniversario de su bautizo.
También recordó que la Organización Mundial de la Salud declaró el 2020 como año dedicado a enfermeros y obstetras.
Pidió a los cristianos que no olviden el Holocausto y que no permitan que suceda otra vez.
Pidió rezar por los religiosos y religiosas, cuyo trabajo a menudo pasa desapercibido.
En el Ángelus dijo que no aceptar la ley de Dios en el corazón hace daño a uno mismo y a los demás.
Francisco dijo que no debemos apartar la mirada de la crisis humanitaria y de los que sufren la violencia en Idlib, Siria.
Impartió su bendición tras el ángelus como muestra de cercanía a los afectados por la pandemia del coronavirus.
El Papa enfatizó la necesidad de redescubrir la comunión de la Iglesia, incluso en este tiempo de auto-aislamiento.
Pidió a todos los cristianos que participen en esta “universalización de la oración”.