Ambos estuvieron siempre muy unidos desde siempre, incluso cuando Joseph fue elegido Papa.
La prensa alemana señala que prefiere guardar los recuerdos de Georg Ratzinger “en su corazón”.
“Algunos amigos míos, un poco fanáticos, siguen enfadados por mi renuncia”, dijo en una entrevista al periódico italiano “Corriere della Sera”.
Fue el segundo cónclave más rápido de la época contemporánea.