Aprendió a tocar el piano de pequeño y fue un apasionado de la música clásica.
El encargado del Archivo de la Inquisicióne explica cómo era trabajar con Joseph Ratzinger.
En sus casi ocho años de papado dejó lecciones magistrales para la Historia.
Como profesor, mantuvo el contacto con sus alumnos décadas después de abandonar las aulas.