Todos los miércoles, en la Audiencia General el Papa Francisco imparte la catequesis y saluda a los miles de visitantes y peregrinos de todo el mundo que asisten a la audiencia.
El Papa dijo que la comunidad cristiana es aquella que vive en fraternidad y busca superar las divisiones.
Su modo de hacer los convirtió en “fermento de un mundo nuevo, en el que florece la justicia, la solidaridad y la compasión”.
“No es lícito destruir la vida, hacerla objeto de experimentaciones o falsas concepciones”, dijo.
“La comunión es el primer testimonio de una comunidad viva y que sigue el estilo del Señor”, explicó el Papa.
Convoca a los cristianos a rezar a las 13:00, y a los no creyentes, a reflexionar sobre cómo construir un mundo más fraterno.
Destacó que fue un viaje marcado profundamente por el ecumenismo.
Francisco comenzó un nuevo ciclo de catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles.
“El Espíritu Santo purifica la palabra humana, haciéndola portadora de vida, capaz de inflamar los corazones, derribar muros y abrir nuevas vías de entendimiento y de fraternidad”, explicó.
Dijo que Inés Nieves Sancho fue “una mujer más que da la vida por Jesús en el servicio a los pobres”.
Recordó que “no se trata de una fórmula para repetir de modo mecánico”.
Llegaron a Italia gracias a los corredores humanitarios y sus nacionalidades son diversas: Siria, Nigeria, Congo...
Dijo que “no basta pedir a Dios que no nos deje caer en la tentación, sino que debemos ser liberados de un mal que intenta devorarnos”.
El Papa repasó su viaje a Bulgaria y Macedonia del Norte.
Dedicó unas palabras a Jean Vanier, fallecido recientemente.
También dirigió un mensaje de apoyo a Francia tras la tragedia de la catedral de Notre Dame.
Miles de personas participaron en la audiencia general de la Semana Santa.
“Si amas es porque alguien, fuera de ti, te sonrió cuando eras un niño, enseñándote a responder con una sonrisa”, recuerda.
El Papa ha dedicado la catequesis semanal a la petición del Padrenuestro “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
Visitó la parroquia romana de San Giulio a Monteverde.
“Pude dar otro paso en el camino del diálogo interreligioso con nuestros hermanos musulmanes”, explicó.
Sor Maria Concetta tiene 85 años y lleva casi 60 en África, de misionera. Ha ayudado a nacer a casi 3.000 niños.