Francisco explicó que la creación no es fruto de una casualidad, sino un plan amoroso de Dios para sus hijos.
Francisco dedicó su catequesis a las personas que se opusieron al mal y con la oración escribieron el destino de la humanidad de modo diferente.
Dedicó la audiencia general a la oración de las personas sencillas: La oración siembra vida.
“No podemos tolerar ni cerrar los ojos ante ningún tipo de racismo o exclusión y pretender defender la santidad de toda vida humana”, dice.