Salió del Vaticano por segunda vez para celebrar la fiesta de la Divina Misericordia, fiesta instaurada por Juan Pablo II en el 2000.
Santa Teresa destinó el 60% de su producción para la fabricación de alcohol antiséptico en un país sumido en crisis.
Dice que Francisco ha enviado un mensaje clave durante esta crisis: Conversión, creatividad y atención a los pobres.
La institución ha promovido el reclutamiento de voluntarios sanitarios, atención psicológica a las personas y la cercanía con la población.