Recordó a los capellanes de hospital que trabajan en la pandemia y a los sacerdotes difamados e insultados.
La ceremonia del Viernes Santo se desarrolló como previsto: a puerta cerrada.
La pandemia forzó algunos cambios en la liturgia. Como medida preventiva, solo el celebrante besó la cruz.
Al hilo de la Pasión de Jesús, describen la triste realidad de un pasado que luchan por dejar atrás.