Estos trece jóvenes dejaron durante diez días todo lo que estaban haciendo para irse a la frontera de Ucrania, en Medyka, a relevar a los cientos de voluntarios que ayudan a ucranianos a salir del país.
En cuanto a Ucrania, el Papa argumentó que no tendría sentido visitar Kiev si la guerra se reanuda al día siguiente.
Es un gesto sencillo pero novedoso que no había sucedido en los otros Via Crucis celebrados por el Papa Francisco.
El Director de Cáritas Polonia cree que la mejor respuesta a la guerra es la solidaridad polaca, ayuda a los refugiados ucranianos.