Su vitalidad y el mensaje que desplegó con su pancarta gustaron tanto a Francisco que se detuvo un buen rato a saludarla.
En la ceremonia de apertura, Francisco invitó a los jóvenes a enviar un saludo a Benedicto XVI.
Celebró la Jornada Mundial de la Juventud en un centro con 167 menores reclusos.
El Papa pronunció un largo y contundente discurso ante los obispos de centroamérica.