En su homilía, Francisco alertó sobre los que quieren servir a Dios y al dinero y terminan siendo explotadores ocultos.
“Que el Señor toque su corazón y se conviertan”, dijo.
“Siempre hay ilusiones que atraen la atención y muchas veces queremos ir detrás de estas ilusiones”, recordó.
"Que las dificultades de este tiempo nos permitan descubrir la comunión entre nosotros", dijo.