El Papa Francisco centró su atención en la crisis política en Libia. Durante los últimos días, manifestantes prendieron fuego al Parlamento pidiendo la convocatoria de elecciones.
Mostró su preocupación por la grave situación de Sri Lanka, el país que visitó en enero de 2015.
El grupo sevillano trajo a Roma un cóctel de emociones explosivas. Hicieron llorar, reír y bailar al ritmo de las palmas y los golpes de guitarra.
El Papa reconoció que en algunas Iglesias católicas locales se encontró resistencias.