Allí, el Papa rezó para que Malta siga acogiendo a los necesitados que llegan a sus costas como lo hicieron con San Pablo.
Estaba previsto que el Papa dejara una rosa de oro frente a la Virgen, pero por sus dolores en la rodilla lo acabó haciendo un obispo.
El Papa se reunirá con un grupo de refugiados en el laboratorio por la paz Juan XXIII.
El Papa también insistió al gobierno maltés ampliar la acogida de los inmigrantes que llegan a sus costas desde el norte de África.