Salió 24 veces de Italia y se convirtió en el Papa más anciano que ha viajado.
La iniciativa fue promovida por la pastoral de la propia basílica.
Desde comentarios extravagantes hasta respuestas intrigantes, el Papa emérito lo vio todo.
Aprendió a tocar el piano de pequeño y fue un apasionado de la música clásica.