Francisco dijo que no debemos apartar la mirada de la crisis humanitaria y de los que sufren la violencia en Idlib, Siria.
Impartió su bendición tras el ángelus como muestra de cercanía a los afectados por la pandemia del coronavirus.
El Papa enfatizó la necesidad de redescubrir la comunión de la Iglesia, incluso en este tiempo de auto-aislamiento.
Pidió a todos los cristianos que participen en esta “universalización de la oración”.