“Lo fácil es murmurar, pero a veces hay que tolerar esos defectos en silencio y en la oración, para encontrar el camino para ayudarlo”, explicó.
Se trata de no dejarse llevar por “deseos de la carne como la envidia, la hipocresía, el rencor, las críticas destructivas”, explicó.
Unos 50 peregrinos viajan a Roma desde tres pueblos de Badajoz.
“Aún hoy en día muchos buscan seguridades religiosas antes que el Dios vivo”, dijo.