Puso como ejemplo la predicación de San Pablo en el corazón de Grecia, capital cultural de aquel entonces.
Dijo que “gracias a la fe” y al “compromiso de muchos laicos el cristianismo echó raíces”.
Hizo un llamamiento a la paz en Burkina Faso, golpeada por brutales y recientes ataques terroristas.
En Tailandia destacó los encuentros interreligiosos y en Japón condenó el uso de armas nucleares.