Será una ostensión extraordinaria de unas horas, que se llevará a cabo desde la catedral de Turín el Sábado Santo.
Las celebraciones litúrgicas han tenido que adaptarse por la emergencia sanitaria.
Recordó a los capellanes de hospital que trabajan en la pandemia y a los sacerdotes difamados e insultados.
La ceremonia del Viernes Santo se desarrolló como previsto: a puerta cerrada.