Recomendó hacer el ejercicio de “releer la propia vida” para detectar qué elementos amargan y cuáles, al contrario, han traído serenidad.
Dijo que “acostumbrarnos a hacer este ejercicio de lectura de la propia vida, y también contar nuestra historia a otras personas, son instrumentos muy valiosos para el discernimiento. Por un lado, nos ayudan a reconocer los “mensajes tóxicos” que nos hacen mal —como pensar que “no valgo nada”, qu...
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El cardenal italiano es el presidente de la Comisión Pontificia de Arqueología Sagrada