Estos trece jóvenes dejaron durante diez días todo lo que estaban haciendo para irse a la frontera de Ucrania, en Medyka, a relevar a los cientos de voluntarios que ayudan a ucranianos a salir del país.
En cuanto a Ucrania, el Papa argumentó que no tendría sentido visitar Kiev si la guerra se reanuda al día siguiente.
El Papa insinuó que podría viajar a Canadá este verano. Y la delegación le pidió que visitara sus territorios en Manitoba.
Francisco le agradeció que, hasta ahora, Hungría haya acogido a 476.000 refugiados ucranianos.