De luna de miel en Roma, han podido saludar al Papa.
Afrontó la delicada cuestión de cómo dialogar con otras culturas sin anularlas.
Reflexionó sobre el complicado proceso de anunciar el Evangelio a otros pueblos y culturas.
Durante el saludo a los peregrinos de habla francesa el Papa lamentó “la gran incapacidad” de la Iglesia para afrontar el drama de los abusos.